Las horas y los días
Dejo correr las horas y los días
para saber qué lugar ocupo
vacilo y me afirmo
porque no puedo negarme
El absoluto ya no es conquista para las almas
La soledad siente la caricia de lo eterno en el olvido
Y en la ilusión del sueño nacen y mueren
los momentos alternativamente repetidos
sin dejar ya los restos de amarguras y fatigas
Y el amor recobra sus desposeídas razones
Entregado desciendo, obsesionado y enfermo, incapaz y febril
dejo correr las horas y sus sombras y los días con sus noches
Anuncios